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«Hermano Patera» (entrevista a Isidoro Macías)

Ene 13, 20240 Comentarios

«Hermano Patera» (entrevista a Isidoro Macías)

13 Ene, 2024

ENTREVISTA A ISIDORO MACÍAS, “HERMANO PATERA”

“Me acuerdo de arrear cantaros de agua con un burro»

La pasada Navidad Ignacio Domínguez y Francis Matías, ambos trabajadores de la casa Familiar, tuvieron la oportunidad de compartir un espacio-entrevista con el Hermano Patera figura destacada dentro de la Congregación de los Hermanos Franciscanos de Cruz Blanca que actualmente se encuentra en nuestra Casa Familiar; “personaje mediático” conocido por su voluntad inquebrantable de ayudar a los más necesitados.
Sin importar medios, ni fronteras, contó de una manera amena las peripecias del hijo del minero que acabó cuidando de los hijos de las inmigrantes que se jugaban la vida en el estrecho.

¿Padre o hermano Patera?

Padre patera me lo puso un periodista muy famoso, Julio Cesar Iglesias. Cada vez que me hacia una entrevista la radio o la tv lo llamaban a él y él dio la definición. No somos sacerdotes, no decimos misa, no podemos bautizar ni casar…Rezar sí, pero somos hermanos. Dice el evangelio: no llaméis padre a nadie, solamente al padre del cielo.

¿Dónde nace el Hermano Patera, ¿qué recuerdos tiene de su infancia?

En un pueblo muy pequeñito, Minas de San Telmo en Huelva. Cuando éramos pequeños le llamábamos el Vaticano, porque era muy chiquitito. Mi padre era minero, se metía a 500 metros bajo tierra en las jaulas. Éramos 6 hermanos y él era de trabajar para alimentar y no nos quedamos nunca sin comer.

Me acuerdo de arrear cantaros de agua con un burro.

​¿cómo le llega la vocación?

Yo de chico fui sacristán, el que ayuda al cura. La llamada me vino de más grande. Yo era de San Juan de Dios y estuve aquí en Granada de limosnero. Iba de casa en casa por aquellos callejones de la Iglesia de San Juan de Dios. Luego me Salí porque tuve que hacer la mili y en Ceuta fue cuando conocí al fundador nuestro, el hermano Isidoro Lezcano.
Iba a la virgen de África durante el tiempo que hacía la mili y allí rezaba y hacía de todo menos dar la misa, allí lo conocí. Cuando lo vi, vi un hombre muy sencillo haciendo números. Nos presentamos, nos conocimos y me dijo que cuando quisiera podía ir por allí, que él estaba solo con dos casas de alcohólicos en el año 1967. Y ya, cuando yo termine la mili, me quede allí con él.
Para las buenas y para las malas estuvimos solos los dos.

¿cómo fue su etapa en Algeciras?

La primera casa familiar se monta en Ceuta, aunque de la primera casa nos echó un cura.
Luego un comandante de tierra que vivía al lado nuestro nos ayudó con muchos contactos que conocía y nos dieron la parroquia de El Príncipe.
De allí nos fuimos a Tánger. Nos dieron una casa y recogíamos a los abuelos que no podían venir a España por las cosas del régimen. Esa fue la primera casa y la segunda Algeciras.
En Algeciras acogíamos a personas que estaban en la calle, que no tenían nada. Había un abuelo que estaba borracho y hacia mal tiempo. La policía quería llevarlo a algún sitio y él decía que no. Entonces me llamaban a mí y cuando llegaba el abuelo decía “con el cura si me voy yo” y yo lo llevaba allí. Yo le ofrecía café o leche caliente y él me decía: “no padrecito leche no, vino” y yo pues le daba un vasito de vino porque luego yo pensaba que cuando cerrara los ojos dios me iba a decir:” mira Isidorito yo te he pedido un vaso de vino no te he pedido un vaso de leche”.
No me gusta decir que acogíamos a pobres porque veo a personas como tú y yo. Una persona que no tiene nada y tú tienes de todo.

la casa de Algeciras coge una envergadura que acoge entonces a mucha más gente ¿verdad?

Llega la masificación de inmigrantes. A mí me ha perseguido la policía por acoger gente. Se me partió el alma cuando vi a una mujer que había cruzado el estrecho y traía un niño solo con el pañal puesto. No soy padre, pero me metí en la piel de ella. Yo no podía hacer nada, pero luego me los llevaba. Una anécdota: una vez me llama un hombre que decía que tenía acogidas 4 mujeres, pero él no podía traerlas a la casa porque le echaban una multa. Le dije: “mira que la guardia civil me multa a mí también” pero le dije que iría a por ellas. Llego al faro donde estaban y cuando volvemos me encuentro con la guardia civil. Yo cuando se acercaban me paré y ellos se pararon: ¿padre que le pasa? Nada que llevo a estas mujeres que las he recogido de un chalet, pero no le puedo decir nada más para no meter a nadie en líos. Y ellos me decían “hay que ver como es padre”. Y a uno de ellos le había hecho yo un favor porque le había recogido un abuelo que habían encontrado en una autovía y me dijeron “nada siga usted padre”.
Lo que más me impresionó allí era como se acogían unas a otras, como se ayudaban sin conocerse de nada.
Yo les arreglaba los papeles que me costaba muchísimo, ir a Cádiz a sacarles pasaportes, etc.
Una vez me visitó la subdelegada del gobierno, tanto se oía el nombre de padre patera….
Vio el panorama que yo tenía allí. Diez niños dando vueltas por allí y le dije ya cuando se iba, como buen fraile, que yo tenía un traductor que también era inmigrante. Le pedí que le hiciera un papel para la abogada y que le diera la residencia. Y me lo hizo y eso me ayudó a abrir el camino para las demás.
Aún tengo contacto con ellas. Una está en Londres y tiene un niño que estaba malito. Esos niños estudiaron, unos llegaron a ser abogados, trabajadores sociales, médicos… son vidas recuperadas.

¿Ha asistido partos hermano?

Allí parían, pero no asistí ninguno. Allí parió una andando, en el suelo salió. Otra que parió en el hospital, pero la llevé yo en el coche.

¿Cuantos años estuvo en Algeciras?

Pues 34 o 35 años. Yo me llevaba bien con todo el mundo, con todos los políticos, de izquierdas, de derechas, comunistas, de todo. Yo solo buscaba hacer el bien y no mirar a quién.
También acogimos a gente de la guerra de Croacia, a 2. También de un país de áfrica en guerra me vino un diputado.
De ahí a Córdoba, aunque antes pasé por Cáceres, por un colegio de educación especial. De Córdoba a Hueneja y de Hueneja a Granada.

¿Cómo ve la casa de Granada?

En esta si veo el espíritu de casa familiar, son solo 40 usuarios. Puedes hablar con todos, gastar una broma, etc… no es un centro tan grande. Veo que aquí son una familia, que quieren a los muchachos, que los trabajadores están por vocación, aunque ganen dinero eso no tiene nada que ver porque son padres y madres y hay que alimentar a la familia. El padre Isidoro se alegra desde arriba porque ve que es una casa como la que él quería.
Me da muchísima pena cuando hay crisis en los muchachos y mira que he visto cosas, pero me impacta mucho.
Hacen muchísimas actividades también como en Córdoba.
Yo venía con miedo. Después de haber estado en Huéneja con los abuelos donde hay otro ritmo, no sabía cómo me iba a ir.

¿Le quedan mas casas por conocer?

No he estado en algunas de ellas la verdad.

¿Si pudiera elegir donde le gustaría ir?

Si me dejaran elegir yo me volvería a Huéneja porque: ¿Sabes lo que es estar con las abuelas y escucharlas una vez y otra y otra? pero yo las escucho con paciencia, que es la madre de la ciencia. Ellas me dicen:” Hermano porque no se viene aquí?” Yo rezaba con ellas, el rosario con ellas… y ellas contentísimas. En la pandemia rezaba con ellas también. Es otra cosa.

¿Cómo ve el Hermano patera el futuro de la congregación?

En todos los sitios se cuecen habas. Lo primero que tenemos que hacer es querernos los unos a los otros. Como decía Santa Teresa: “vamos a ser buenos y habrá dos pillos menos”.
Nosotros tenemos que estar en la retaguardia, dejar que los profesionales hagan su trabajo.
Aún tenemos muchas cosas que hacer en Cruz Blanca. Ahora está la Fundación.  Abarcan muchísimas cosas: Trata de blancas, inmigración, muchas cosas. Siempre con el lema del hermano Isidoro: «ama y no te canses de amar».
El fraile no tiene que ser más que nadie, es uno más.

Hay una frase en su libro que dice vestido de Don Quijote: más vale estar loco y vivo que cuerdo y muerto.

Me llamaron para los 500 años del Quijote o algo así. Me invitaron para unos premios y estaba allí la ministra Fernández de la vega. Le pregunte que podía decir y ella me dijo que podía decir lo que quisiera. Allí coincidí con Pedro Ruiz el presentador y hablando con él me dijo: padre yo estoy cuidando de mi madre y voy todos los días a hacer de voluntario a dar de comer a niños con discapacidad. Eso le honra. He coincidido con el rey también, con el antiguo y con el nuevo.
Yo me meto en «tó» los sitios y eso no está mal.

Es un sentir general el decir que nos gusta que el hermano patera esté en nuestra casa.

Yo intento llevarme bien con todos. Quiero transmitir a los trabajadores que sigan haciendo lo que hacen con mucha paciencia y amor. A los hermanos, que seamos más cariñosos, todos estamos en el mismo barco.

Como dijo el hermano Isidoro: «ama y no te canses de amar«

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